martes, 22 de febrero de 2011

La misión cumplida de Raúl Costra

[por Danilo Castelli]

Raúl Costra, de la Secretaría de "Ambiente" (léase Soja, Desmonte y Descontrol Inmobiliario), mandó una vergonzosa pieza de propaganda donde se presenta a sí mismo y a su Secretaría como poco menos que la Greenpeace de la provincia.

¿Puede haber tamaña cara de fierro? Desde hace semanas que en múltiples medios, provinciales y nacionales, ha salido esta triste noticia: "Por la soja, Córdoba perdió el 85% de bosques". Hasta en Ámbito Financiero está la nota, y nadie puede sospechar que este medio sea ni ecologista ni defensor de los intereses populares.

No sólo este tipo es parte de un gobierno que hizo el mamarracho de convertir a la ley de bosques de la COTBN en una ley de desmontes favorables a la escoria sojera; no sólo presiona para que la ley de minería de Córdoba, que nos protege de la minería a cielo abierto y de la minería de uranio (recordar la mina abandonada de Los Gigantes), sea declarada inconstitucional; a este tipo también lo conocemos por haber puesto los ganchitos detrás de los emprendimientos inmobiliarios ilegales en Punilla, que por su carácter dañino para la gente que habita Punilla y su medio ambiente no podrían sobrevivir una evaluación ambiental, y por eso mismo se pasa esa instancia por encima.

A Raúl Costra lo conocemos bien en su rol cómplice en la construcción de la planta ilegal de EPEC, en terrenos donados por GAMA, al lado del barrio Sol y Río. Pero este tipo también está detrás de la sequía del Arroyo San Antonio por culpa, entre otros, del Carlos Paz Golf Country Club, que difundía muy orondo en su sitio Facebook como regaba sus pastos a todo culo.

Entonces, que este tipo salga a decir "misión cumplida" es un chiste de mal gusto. Es la soberbia que sólo puede venir de la mano de la imunidad. Impunidad que, esperemos, se les termine a estos tipos algún día cuando la masa del pueblo deje de estar arrodillada o mirando la tele.

viernes, 18 de febrero de 2011

Primera reunión del nucleamiento de asambleas y agrupaciones ciudadanas de Punilla!

ACTA INTENCIÓN DE ASAMBLEAS Y AGRUPACIONES REUNIDAS EL DÍA 13/02/2011

En el día de hoy domingo 13 de Febrero de 2011 los Vecinos de diferentes agrupaciones: “ Vecinos Autoconvocados Sol y Río de Pie”, “Punilla Sur Despierta”, “Alma Verde” de Tanti; “Villa Carlos Paz Despierta” , “Vecinos Autoconvocados por la Avenida Cárcano”, “Vecinos Autoconvocados por el Arroyo San Antonio”, “Vecinos Autoconvocados de Barrio El Canal”, “Ongamira Despierta” “Foro Urbano Ambiental Permanente”  y las organizaciones “FUNEAT- Fundación Educación, Ambiente y Trabajo” y  “ADARSA – Asociación de Amigos del Río San Antonio”  manifestamos la intención de unir nuestras  fuerzas en defensa de la aplicación y respeto de las leyes ambientales y principios constitucionales para asegurar la PRESERVACION DE LA VIDA.
Nuestra intención madre es potenciar las luchas individuales de cada agrupación ante los desmontes, contaminación del agua y del aire, ausencia de una política hídrica de estado, desertización, desprotección de las cuencas madres, destrucción de la biodiversidad, minería a cielo abierto, yacimientos uraníferos sin remediar, la falta de un reordenamiento  y desarrollo territorial sustentable, mora en reglamentaciones de leyes de áreas protegidas y  cualquier otra actividad susceptible de dañar el ambiente y por lo tanto la dignidad humana.
La próxima reunión está prevista para el domingo 20 de febrero a las 11.00 hs en el predio polideportivo “Sol y Rio”.-

martes, 1 de febrero de 2011

El Estado no está ausente

[por Danilo Castelli]


Vengo escuchando, tanto en las luchas ambientales en las que he participado y participo, como en otras que sólo conozco de lejos, que el problema de la masacre ambiental se reduce a que el Estado no controla a las empresas a cargo de los emprendimientos. Si el Estado controlara, si el Estado funcionara como tiene que funcionar, si las cosas fuesen como antes...

Yo discrepo con este punto de vista. Estos emprendimientos no serían posibles si no contaran con el apoyo activo del Estado. El Estado no sólo apoya a estos emprendimientos a través de autorizaciones regulares o irregulares sino también a través de la represión cuando aparece la resistencia popular. ¿Hace falta citar ejemplos?

Entonces, el Estado está presente, y justamente porque es un Estado capitalista (de, por, y para el gran capital) actúa como actúa.

Sucede que todavía en el imaginario social está fuerte la imagen billikinesca del Estado como de aquel ente imparcial, situado encima de toda contradicción de clase, cuya sola razón de existencia es imponer un orden central sin el cual la sociedad civil se autodestruiría. El Estado es la comunidad donde todos son iguales ante la ley, tanto el amo como el esclavo...

"El Estado somos todos", he escuchado decir a algunas personas. No, señores. Tienen razón cuando dicen que el gobierno son las personas que en este momento están frente a las instituciones estatales. Pero el Estado es el continente de esos gobiernos. Los gobiernos pasan, pero el carácter del Estado sigue. Es una cuestión de la estructura social.

¿Alguien puede discutir a esta altura de la historia, de la sociología, de la economía, de la cultura, de la política, que vivimos en una sociedad capitalista, que quienes tienen el poder económico y político son un puñado de corporaciones capitalistas transnacionales, que la mayoría de los gobiernos son filiales de este poder mundial o de sus representantes/hermanos menores locales?

En una sociedad tan marcada por las diferencias de clase, ¿es posible un Estado a-clasista, que beneficie a todos los ciudadanos por igual? Mejor cambiemos la pregunta, porque a veces se confunden las posibilidades con ilusiones: ¿No es lo más común en este tipo de sociedad que el Estado responda a los grandes sectores capitalistas en vez de a los trabajadores asalariados, los campesinos, los comerciantes, los profesionales cuentapropistas, los pyme?

¿Tiene sentido, entonces, que las luchas ambientales se orienten hacia exigirle al mismo Estado capitalista que autoriza y hace de patovica de estos emprendimientos (cuando no los lleva a cabo él directamente) que sea él mismo quien los pare y que nos prometa que en adelante se va a portar bien? No, no lo tiene. El Estado, cuando lo necesita, viola las leyes que él mismo reglamenta y promulga*. Otras veces el Estado crea leyes que son funcionales a los intereses antipopulares a los que ampara. Incluso algunas luchas pueden llevar a la creación y promulgación de una ley favorable a los intereses populares (la ley de glaciares, por ejemplo**).

El objetivo de las luchas ambientales, entonces, debe ser obligar al Estado y a los capitalistas a interrumpir su accionar destructivo contra la naturaleza (incluyendo la humana). Con la ley o a pesar de la ley. Esto ya de por sí habla de una perspectiva a largo plazo de construcción de poder popular. Esto significa que la autoorganización del pueblo alcanza la fuerza y la legitimidad suficientes para no tener que pedir ni "exigir" cosas al Estado sino para imponerlas por sí mismo. Estas situaciones de doble poder, por supuesto, no son viables a largo plazo: uno de los dos debe prevalecer y el otro ser destruido. ¿Adivinen cuál?

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* Por supuesto, exigir al Estado que cumpla y/o haga cumplir una buena ley (como la ley general del medio ambiente) es una buena táctica, pero si se olvida que las leyes también están condicionadas por intereses de clase y que son expresiones de relaciones de fuerza históricas (por lo tanto, cuando esas relaciones son superadas, la ley pasa a ser letra muerta) y se hace de esa táctica una cuestión de principio, entonces se pierde el rumbo. Si se sigue ese camino, la motivación original de la lucha, que es la defensa de la naturaleza, de la salud y calidad de vida, y de nuestro patrimonio común, pasa a ser una lucha "para que nuestros representantes cumplan la ley". Una lucha leguleya, estéril, donde las leyes son fines en sí mismos y no medios. Una lucha que, además, pasa a pertenecer a expertos (en leyes, en lucha política, en oratoria), no a la gente común.

** Aunque la ley finalmente promulgada -esta vez Cristina no la vetó como en el 2008, a pedido de la Barrick Gold- es menos avanzada que el proyecto originalmente propuesto por las asambleas ciudadanas y organizaciones ecologistas, fue definitivamente un paso adelante. Ahora las luchas por preservar y defender los glaciares tienen mayor legitimidad y los ciudadanos tienen mayores herramientas.