miércoles, 25 de mayo de 2011

Lo que todos podemos hacer para combatir la crisis hídrica

[Artículo escrito por Danilo Castelli]


Por si no lo sabías, estamos en crisis hídrica. Si bien en algunos lugares es más grave que en otros, este es un problema de la humanidad en su conjunto, y se soluciona en dos ámbitos: en el de la vida cotidiana, cambiando hábitos, y en la política, cambiando la actitud de los ciudadanos hacia la gestión de nuestros asuntos comunes.

¿Qué podés hacer en tu vida cotidiana para cuidar el agua?

Estas son las medidas que practico y que se me ocurren, estaría bueno si otros se copan y aportan otras:

La básica: cerrá la canilla cuando no estés usando el agua. Ya sea que te laves las manos, la cara, o los dientes, o estés lavando los platos, abrí la canilla exclusivamente para enjuagar, cerrala cuando estás cepillando, fregando, o enjabonando. Y abrila lo mínimo indispensable para que el enjuague sea efectivo, no es necesario una catarata del Iguazú.

¿Te vas a dar una ducha? Si el agua tarda en salir caliente, poné un balde debajo para aprovechar esa agua fría. Te puede servir para riego o para “tirar la cadena”.

De más está decir que regules la salida de la ducha y que te bañes lo más rápido posible. Si te animás y no hace mucho frío, cerrá el agua para enjabonarte y ponerte el shampoo, abrila para enjuagarte.

¿Tenés recipientes vacíos? Aprovechá el agua de lluvia. No como agua potable, claro, pero sí como agua para riego.

¿Vas a lavar el auto o limpiar la vereda? Hacelo con balde. ¿Regar las plantas? Hacelo con regadera. Restringí el uso de la manguera para cuando realmente las necesitás como extensión de la canilla.

¿Qué podés hacer como ciudadano para cuidar el agua?

Si además de hacer lo de arriba, tenés conciencia, ganas, y tiempo para sacar al ciudadano que hay en vos, acá va otra lista:

No les des tu voto a los políticos que están ligados a los sectores que nos han llevado a esta crisis hídrica. Todos los candidatos que apoyen el crecimiento inmobiliario incontrolado, la ampliación de la frontera agropecuaria, el desmonte de bosque nativo, y la megaminería a cielo abierto, son enemigos del agua. Ellos y las compañías de las que son empleados o socios pueden irse a otro lado después de devastar la provincia; vos no. No compres el discurso del “progreso”: en un medio ambiente devastado no puede haber agricultura, ni urbanización, ni turismo. Elegí a los candidatos que tengan propuestas para un desarrollo sustentable. Claro que para cumplir con este punto tenés que informarte, y esto es una costumbre que tenés que adoptar y perfeccionar, no es algo de una vez sola ni que puedas delegar en alguien.

Pero aparte de saber a quien (no) votar podés hacer algo más: participar en actividades de concientización y de movilización para la defensa de nuestros recursos naturales y nuestros bienes comunes. Con las barbaridades que hacen los gobiernos, y con las que dejan hacer, hay para tirar manteca al techo. Allí te enterarás de muchas cosas sobre las que algunos funcionarios y medios de comunicación mienten o directamente no hablan, conocerás gente que hace tiempo viene trabajando por estas cuestiones, y verás que, en contra del discurso de la resignación y de la apatía promovida por el poder, SE PUEDEN HACER COSAS (y, de hecho, se han hecho). Allí te darás cuenta que los ecologistas no son “fanáticos de lo verde”, son simplemente ciudadanos activos con la conciencia cabal de que si no se promueve un desarrollo sustentable, el “progreso” será pan para hoy (y para unos pocos) y hambre para mañana (para todos, incluso para los descendientes de los garcas y de los indiferentes).

Unas más para terminar. ¿Sos docente o dirigís alguna escuela? Estás en una posición para hacer un gran beneficio a la comunidad, primero haciendo de la conciencia ambiental parte del programa de estudio, y segundo abriendo las puertas de las instituciones a las ONGs y fundaciones que tienen mucha información para compartir y capacidad para transmitirla pedagógicamente. Formar futuros ciudadanos protectores del medio ambiente es formar una ciudadana crítica y participativa, lo cual también mejora nuestra democracia.

La última: ¿sos funcionario o candidato a serlo? Si estás dispuesto a ser parte de la solución, asesorate y abrite a las propuestas: la mayoría tienen que ver simplemente con una gestión racional de los recursos, cuidar lo que tenemos. Estaría bueno que nuestras ciudades tengan, por ejemplo, un sistema de agua potable para consumo, y otro que sea para limpieza y otros usos (reciclaje de aguas grises). En cuanto a la tarifa del agua, debe garantizarse el agua-derecho humano, que es la cantidad básica que necesita una familia para tomar, higiene, y cocinar. Pero el consumo arriba de esas cantidades debe cobrarse muy distinto, porque tanto la tarifa plana como la que cobra por litro consumido no promueven el uso racional, y hacen que los que no derrochan y usan el agua para consumo familiar terminen subsidiando a los que derrochan o a las empresas que usan el agua como insumo. Y a partir de cierto punto, el derroche de agua debe ser considerado como delito.