martes, 28 de junio de 2011

Más allá del 26 de junio

[por Danilo Castelli]


El domingo la monarquía felpetista recibió su toma de la Bastilla. En estos seis meses que quedan para la asunción del nuevo gobierno, Felpeto y su corte van a intentar hacer el máximo daño posible a la Municipalidad. Esto ya es un hecho. Los psicópatas tienen su propia realidad y no se arrepienten del daño que hacen(sino vean las declaraciones que salieron hoy 27/6 en "El diarito"). Si no alcanzó con las amenazas y los sobornos a los empleados municipales y los de CoTreCo, si no alcanzó con la compra de votos ni con las zancadillas de la Junta Electoral, si a pesar de todo esto fue derrotado por un amplio margen, ahora su despecho va a llegar a límites insospechados.

Pero además de Felpeto y su corte, hay enemigos muy poderosos contra los que cualquier gobierno que quiera cumplir la Carta Orgánica va a tener que pelear. La corporación inmobiliaria que quiere hacer negocios privados con las tierras públicas de la costanera, y quiere seguir haciendo edificios excediendo la altura y construyendo donde se le dé la gana (incluso en el faldeo). El cáncer de los barrios privados en Punilla que secan los afluentes al San Roque. El gobierno de la provincia en tanto siga siendo socio de estos emprendimientos. Un poder judicial local y provincial adicto al poder ejecutivo, inepto en materia ambiental, impasible ante la violencia familiar, y con hechos como la trata de personas, la tortura por fuerzas del orden, y el narcotráfico ocurriendo bajo sus narices. Los medios de comunicación que se endulzaron con el método de pautas por buena prensa.

Si el próximo gobierno tiene la intención de hacer lo que prometió, la escoba tiene que pasar, y tiene que hacerlo desde el primer día en el poder.

Esto ocasionará una campaña feroz de todos estos sectores. El futuro gobierno necesitará apoyo para enfrentar a estos enemigos, y no lo encontrará en los sectores políticos que transaron con Felpeto y ahora se despegan de manera oportunista. Tampoco será suficiente con el apoyo de otras estructuras partidarias. El apoyo necesario para hacer respetar la Carta Orgánica únicamente lo encontrará en las organizaciones intermedias y en los vecinos, y esto sólo pasará cuando ellos vean que la apertura a la participación ciudadana protagónica es una política de Estado y no sólo una consigna. Las primeras medidas de gobierno deben ir dirigidas a un cambio de 180 grados en la relación entre el Estado municipal y el vecino. La participación del vecino (aunque sea sólo con voz) en las políticas claves para el desarrollo de la ciudad es a la vez una herramienta de creación de una ciudadanía políticamente consciente que defienda a la democracia frente a los distintos lobbies del poder económico y burocrático.

¿Ellos se apoyan en sus corporaciones autodenominadas como "organizaciones intermedias", en los funcionarios que pueden alquilar, en la gente desesperada que se convierte en su tropa por una cuestión de supervivencia? Que este gobierno se apoye en los centros vecinales, en las organizaciones de la sociedad civil que trabajan por el bien común y demuestran sincera vocación de servicio, en el presupuesto participativo, en las ONGs solidarias.

Si solamente con el voto pudimos derrotar a las estructuras partidarias que vehiculizan los intereses particulares de las corporaciones (haciéndolos pasar por los intereses generales del pueblo), qué no podremos hacer con el apoyo y la colaboración activa de gente que ya viene trabajando de hace tiempo por una ciudad distinta. Ya existe gente sensibilizada y organizada alrededor de problemáticas particulares como la seguridad vial, los perros callejeros, el medio ambiente, la preservación del paisaje, el saneamiento del lago, la contención de los pibes y jóvenes en situación de pobreza y marginalidad, el fomento del deporte y la cultura para una población física y psíquicamente saludable (lo cual le roba gente a la delincuencia y a las adicciones). Toda esta gente ya viene trabajando y desde hace años que ha chocado contra el muro de la monarquía. Ellos ya tienen las soluciones o por lo menos tienen un muy buen diagnóstico del problema. Se trata de escucharlas, darles apoyo institucional (más allá de la legislación de ordenanzas), y coordinarlas desde una perspectiva integradora.

La apertura efectiva a la participación ciudadana ayudará a estimular también un cambio de 180 grados en la actitud del vecino como ciudadano. El vecino no sólo tiene que ir con problemas al gobierno, tiene que ir también con soluciones o por lo menos un diagnóstico que sea de ayuda para la elaboración de soluciones. La actitud de “resuélvanme esto, para eso pago mis impuestos” habla de una concepción muy mediocre y mezquina de lo que es ser ciudadano.
Si vos votaste por un gobierno que respete y haga respetar a la Carta Orgánica, éste es el momento para que seas ciudadano más allá del voto.